sábado, 31 de diciembre de 2011

Guerra perra

Ecos del desierto
Ecosistema que invade al pavimento
Acera fusionada con acero
Cuerpo que descansa sin entierro

Gente corriendo
Gente que quiero
Gente con miedo
Gente muriendo

Teléfono descompuesto
Sirenas de ciudad escandalosas
Pólvora de cohete adulto
Negro y rojo; luto y rosas

5, 10, 15 bandos rivales
10’000, 30’000, 50’000 muertos iguales

viernes, 18 de noviembre de 2011

Cuadros rojos


Rayas y cuadros donde predomina el rojo; rojo que recuerda un conflicto muy cercano y presente; presente que no olvida al pasado y que inunda de velas la calle; calle con mesas y sillas donde las personas de este lugar tan bonito y peculiar se toman su tiempo y su café. 

jueves, 27 de octubre de 2011

Volver

Cuando pensaba que ya había descifrado suficiente, me había cansado de pensar y había vuelto a empezar… llegó Europa, seductora, refinada, vieja pero con espíritu joven, sabia y fría.

Llegaron los castillos, los jardines, los molinos, las lenguas imposibles de entender, y ahí, en medio del cuento, me di cuenta que quería despertar otra vez en Torreón. Quería que el pino fuera palmera; no quería un diccionario de cervezas, sólo clara u obscura; que los viejos escondidos en asilos salieran a bailar a la plaza de armas; que ese acordeón melancólico tocara algunas notas de cumbia; que la gente dejara de estresarse por relojes y empezara a apreciar los atardeceres.

Hace mucho tiempo que no era tan feliz, vivo muy relajado, pienso en cosas más bonitas, y como un masoquista, quiero dejar atrás este confort, volver al lugar donde hay problemas graves, intentar hacer cosas, creer que en algún momento allá tendremos la paz y la certidumbre de acá; pero con palmeras, con cerveza clara u obscura, con viejos bailando en la plaza de armas una cumbia bajo el cielo color durazno.

lunes, 17 de octubre de 2011

América Latina

Todo en esta vida tiene matices. Nada más maduro que la síntesis que surge del diálogo entre una tesis y una antítesis. Nada más sabroso que la mezcla entre dos sustancias y el resultado de ésta. Nada como Latinoamérica.

jueves, 13 de octubre de 2011

Danke Dortmund

Qué gusto que tuvimos tantas semanas cálidas, para beber cervezas igual de frías que el clima en estos momentos.

Qué suerte que por azares del destino decidimos, sin ponernos de acuerdo, que la parte trasera de la iglesia más ecléctica y bonita fuera nuestro lugar de reunión.

Qué conveniente fue para nuestra economía tropezarnos con los kebabs de Ali-Baba, que en poco tiempo se convirtió en nuestro lugar de afters.

Qué bueno que el flautista hippie del centro, don Kopácsy , Carolin Krabs, los jugadores del Borussia y los vagabundos que buscan botellas se hayan cruzado en nuestro camino.

Qué bien nos la hemos pasado... y falta más de la mitad. 

miércoles, 5 de octubre de 2011

Guacala

El dorado y plateado brillante de los casquillos no combina con las paredes rojas de Taxco, ni de Pátzcuaro, ni con la cantera de Morelia o Zacatecas.

Un arma rusa vieja que escupe plomo no tiene por qué estar al lado de un sombrero de palma, un huarache de mecate o una jarana de cedro.

Ed Hardy se ve horrible al lado de un huipil y el Buchanan’s nunca debió de haber sustituido a la Charanda.

Cuando en medio de un conflicto las expresiones globales conviven de forma tan deplorable con las costumbres locales el resultado es asqueroso. Problema doméstico, ejecutado por personas de la región, motivado por demanda extranjera. La cara fea de la globalización. 

martes, 4 de octubre de 2011

El vacío

Llevo mucho tiempo indignado con el valor que se le ha dado a los términos “artístico” y “alternativo”. Si bien considero que es necesario apoyar proyectos de difusión cultural, creo que se ha malinterpretado el sentido de esto y de todas sus implicaciones.

Actualmente existen expresiones visuales que se autodenominan artísticas y que se encuentran presentes en círculos elitistas. Cabe mencionar que siempre ha existido cierta relación arte-élite, siendo lo primero algo que encaja perfectamente en el mercado capitalista.

Sin embargo pareciera que la importancia que han adquirido las expresiones visuales, sumado a la facilidad con la que el mercado digiere los nuevos gustos y preferencias (y los transforma en alternativas de consumo) hubiese impregnado a círculos enteros en todo el globo, para los cuales el consumo de estas expresiones se traduce en status. Esta producción se escuda bajo los términos de “arte” o “alternancia”, sin siquiera haber hecho una pequeña consideración a lo que estos conceptos se refieren.

Las producciones derivadas de este fenómeno, en la mayoría de los casos, están huecas. Si bien puede existir un “sin sentido”, que de alguna forma busque construir o destruir una idea de vacío utilizando metáforas o cualquier otra herramienta para justificarse o argumentar una crítica, ese no es el caso en estas expresiones, las cuales contribuyen a reproducir el consumo sin conciencia ni argumentos, sin una motivación para que esto cambie o permanezca.

Obras que se autodenominan artísticas y no lo merecen, porque no pretenden nada con el arte ni con nadie. Productos que se reclaman alternativos pero son parte del mismo sistema y sólo existen gracias a los hábitos consumistas.

Barrios enteros aumentando sus precios y su supuesto status por este nuevo intento de diferenciación que no logra su propósito, porque no hay tal. Todo sucede, sin consciencia ni autocrítica.

miércoles, 17 de agosto de 2011

Cuando vuelvo a mi ciudad


Siempre he pensado que las ciudades tienen sentido del humor. Hay veces que visito un lugar y lo encuentro muy diferente a la última vez que estuve allí.

En mi última visita a Torreón lo noté amargo, indiferente. No sé que tanto pudo haber influido que nos encontramos en una de las peores rachas de inseguridad desde que comenzó la absurda guerra contra el narcotráfico o que antes de llegar leí una revista en la que se narraban todos los acontecimientos violentos que habían sucedido en la región a causa de este conflicto, pensé que quizás estaba predispuesto a ver una ciudad deprimida.

Al final resultó que no era mi imaginación. Torreón estaba triste. Todas las personas tenían miedo, las calles estaban desiertas, los comercios estaban cerrados. Todos cerraban los ojos y la boca, pero no por voluntad propia.

Los cabrones que ocasionaron esto no tienen la autoridad moral para hacerlo. Sentí muchísimo coraje, me sentí impotente, no podía creer que en tan poco tiempo todo pudiera cambiar tanto. ¿En qué momento permitimos que esto pasara?

Todos estaban conscientes de que habían cambiado sus hábitos por esta situación, pero nadie quería parecer un escandaloso. Todos sabían que la situación estaba mal, pero se conformaban. Quizás es ese sentimiento de no querer aceptar que todo ha empeorado.

Es triste saber que tu ciudad se está sintiendo mal. Volver. Y verla más enferma que como estaba la última vez que la dejaste.

jueves, 11 de agosto de 2011

Ya llegaron los soldados


Ya llegamos a un punto en el que decir frases cursies no se ve mal, de hecho ya llegamos a un punto en el que tenemos que decirlas. Ya llegó el día en el que las citas de Gandhi, de Martin Luther King y de Lennon otra vez suenan actuales. Ya la situación es tan inhumana que acostumbrarnos a la realidad nos convierte en unos insensibles. Qué triste, qué miedo, y qué buena oportunidad para abrir los ojos. 

domingo, 31 de julio de 2011

México

México es un país grande en muchos sentidos; es un país que cuenta con una geografía generosa, que le ha otorgado costas con los 2 océanos más grandes del mundo y con uno de los mares más bellos; cuenta con una historia sobresaliente, en la que ha perdido grandes territorios y ha peleado contra las principales potencias del mundo en distintos momentos, todo esto ha ocasionado un mestizaje del que debemos estar orgullosos, somos una mezcla heterogénea de personas provenientes de todos los rincones del planeta; México tiene una belleza y una diversidad impresionante de ecosistemas, gastronomía, lenguas y culturas.

México es un país que a pesar de ser pobre se engrandece cuando tiene la oportunidad, siempre que ocurre un desastre natural el pueblo mexicano se une y aporta grandes cantidades de ayuda económica y en especie, en más de 1 ocasión ha sido el país que más ayuda ha brindado a nivel mundial. Somos un país solidario.

A pesar de que parezca algo irrelevante, es impresionante la manera en la que el país se une cuando juega la selección de futbol. La playera verde es usada desde Tijuana hasta Mérida. Personas que normalmente no creerían tener  nada en común logran identificarse en estas circunstancias. Sentimos que somos un todo, sentimos que tenemos que estar juntos.

No quiero parecer pesimista pero tengo que denunciar la realidad: En el 2011 México está jodido. A pesar de todo lo mencionado anteriormente somos un país con graves problemas de justicia social, somos de los países más desiguales del globo y estamos viviendo una de las peores crisis de inseguridad de la historia.

¿Qué pasaría si un día cotidiano los mexicanos decidiéramos ayudar a nuestro propio país tanto como lo hacemos cuando ocurre un desastre natural en algún lugar recóndito del planeta? ¿Qué pasaría si un día decidiéramos unirnos tanto como cuando juega la selección por un periodo mayor a 2 horas?

Creo que los mexicanos somos una sociedad ingenua, que se ilusiona con partidos de futbol y que sigue creyendo firmemente en las cosas más abstractas que pasan por nuestra imaginación, incluso me atrevería a decir que en muchos aspectos somos una sociedad surrealista. Hemos permitido que sucedan las cosas más bizarras y nos hemos acostumbrado a vivir con ellas, como tener al hombre más rico del mundo y al mismo tiempo tener personas que no tienen nada que comer en la misma ciudad. Sin embargo, considero que esta capacidad de asombro y de credulidad es la misma que nos puede ayudar a salir adelante si sabemos cómo canalizarla. Aunque me surge otra pregunta, ¿he hecho bien en hablar en plural?

¿Somos México o México es?

Creo que cuando sucede un desastre natural o cuando juega la selección o cuando todo el país se conmueve y se une estamos siendo México. Pero tristemente, la mayor parte del tiempo sólo dejamos que sea. Quizás por eso estamos jodidos. 

viernes, 1 de julio de 2011

La NarvArte

La colonia Narvarte es una chulada. Es un lugar vivo, con una ubicación privilegiada; colinda con algunas de las arterias más importantes de la ciudad y sin embargo no es bulliciosa ni incómoda.

Todavía existe paz, como si el DF hubiera decidido otorgarle una tregua. Es un lugar donde aún existe el sentido de lo artesanal, se puede encontrar gastronomía sumamente diversa, que nos recuerda la procedencia de todas las personas que llegaron para enriquecer la vida de la colonia.

A pesar de que cada vez es más común encontrar negocios nuevos, el crecimiento no es desmedido como en otras zonas de la ciudad, aquí se ha preservado la esencia.

En ella existen casonas de principios del siglo pasado, condominios sesenteros y hogares minimalistas ultra-chic. No se contradicen unos con otros, hay una imagen armónica y agradable.

La colonia Narvarte está en el norte del sur y en el sur del norte.

La colonia Narvarte es una chulada. 

jueves, 30 de junio de 2011

Un día en Torreón

En algún momento del día surge el tema de la inseguridad, alguien habla de él y todos los demás comparten sus experiencias. Pareciera que es el único tema en el que todos tenemos algo en común.

En algún momento del día se enciende el televisor, porque no se puede estar en las calles y es mejor estar protegido por los muros del hogar, del nido blindado. Es muy gracioso ver la ingenuidad de las series gringas en las que se habla de asesinatos; aquí vivimos esas cosas todos los días y no tiene nada que ver con los casos planteados en Sony o en Warner.

En algún momento del día, cuando ya no hay sol y la ciudad debería de estar durmiendo, se escuchan detonaciones, que para consolarnos podemos pensar que son cohetes; que en algún momento, al principio de la guerra, causaban insomnio, pero que ahora, tristemente, nos arrullan cada noche. 

Selecciones gubernamentales

No sé que me da más pena, si las selecciones mexicanas de futbol con escándalos relacionados con prostitución, dopaje y más prostitución; o las elecciones gubernamentales en Coahuila. Creo que la segunda.

Desde que llegué a Torreón he visto mucha publicidad de todos los partidos políticos que se encuentran en la contienda, sobre todo de los dos mayoritarios en la región; el Partido Revolucionario Institucional y el Partido Acción Nacional.

Existen promesas poco claras y abstractas por parte de todos, frases mal formuladas, posibles soluciones mal planteadas, pero sobre todo un ataque directo y contundente entre los dos participantes más fuertes; Ruben Moreira, del PRI y Guillermo Anaya, del PAN.

Es triste ver que exista la posibilidad de que el gobierno de un Estado pase de manos de un hermano (Humberto Moreira) a otro (Rubén Moreira), independientemente del papel que el primero haya desempeñado durante su mandato. Es obvio que al existir un candidato con una relación familiar tan directa con el gobernante anterior, existirá apoyo directo e indirecto por parte de las instituciones gubernamentales del estado, así como de todo el aparato burocrático que depende del mandatario en turno.

Es triste ver que el candidato más cercano en votos (Guillermo Anaya) base su campaña en ataques al oponente. Si bien existen propuestas por parte de éste, la mayor parte de los recursos se han destinado a realizar ataques en contra del priista. Se han entregado casa por casa periódicos falsos y CD’s denunciando redes de corrupción, que además pretenden sacar a la luz relaciones de amistad con dictadores de extrema izquierda y delitos fraudulentos cometidos durante mandatos ajenos, ante tal cantidad de información recopilada de lugares poco confiables es muy notoria la intención de desacreditar por todos los medios posibles al oponente sin la menor intención de proponer alternativas, exponiendo como única opción el voto por el partido contrario a las críticas y cayendo en el mismo juego sucio que se critica.

Unos escupiendo falacias y ataques por todos los medios de información posibles; otros burlándose sínicamente de los adversarios y de los ciudadanos al prácticamente tener la elección ganada a pesar de haber propuesto al hermano del gobernador en turno; todos comprando votos y faltándole al respeto a los electores, a los que harán que uno u otro gobierne.

A pesar de que nos encontramos en medio de un juego político que ha existido desde hace mucho tiempo, en el que se piensa, “todo se vale”, creo que es muy peligroso aceptar esto. Esta violencia electoral se puede traducir en momentos críticos a violencia social, como sucedió en las elecciones presidenciales del 2006. El hecho de partir la opinión pública con fines de conveniencia electoral contribuye a destruir la cohesión social y la confianza entre los ciudadanos, y esto es precisamente lo que menos necesitamos en estos momentos. Por eso es preocupante que los esfuerzos de los dos partidos más importantes en la región se centren en atacar y desacreditar al oponente, en destruir y no en construir. 

Ahora mismo estamos viviendo las consecuencias de este “juego sin reglas”, ahora mismo estamos siendo testigos de la forma en la cual los actores políticos deciden ignorar propuestas serias para intentar resolver los grandes problemas de seguridad por los que atravesamos. A pesar de que en la agenda de todos los contendientes está el tema de seguridad, nadie está siendo congruente mediante acciones en las campañas. Esta polarización social solo crea divisiones entre los habitantes de la región, que distan mucho de traer algo bueno en el corto plazo.

Si nos encontramos en una sociedad enferma, que agoniza por responsabilidad propia, del gobierno, de las empresas y en mayor parte por culpa del crimen organizado, lo peor que podemos hacer es romper los pocos lazos tenues que existen entre nosotros por un pretexto electoral.

Hoy, a pocos días de las elecciones, tengo sentimientos encontrados; estoy feliz porque ya no me corresponde votar aquí (a pesar de querer ayudar); y estoy muy triste por ver que estas prácticas electorales siguen vigentes y no existen intenciones de que cambien.

Es agobiante ver que estamos repitiendo el error del 2006, que nos estamos dejando llevar por una polarización social peligrosa y que los partidos están contribuyendo a esto. A la vuelta de la esquina está el 2012… y ahora con 40’000 muertos de por medio. Aguas.