viernes, 22 de mayo de 2015

Lagunas peatonales

Todos somos peatones en algún momento del día. Si aceptamos la definición de la Real Academia de la Lengua Española para la cual un peatón es una “persona que va a pie por una vía pública” podremos identificarnos con esta categoría. Del autobús al pupitre, del café mañanero al escritorio o del freno de mano al tenedor, todos caminamos de manera cotidiana.

En estos desplazamientos existen elementos físicos y simbólicos. Nos movemos pero también observamos, procesamos información y dialogamos con el entorno. Caminar en un contexto urbano es entonces una experiencia rica y compleja. Después de esta breve reflexión es necesario preguntar: ¿Cómo caminamos los laguneros?

No es fácil desplazarse a pie en la región ya que, al igual que en otros campos, las adversidades abundan. En un día veraniego se pueden superar los 40°C y si a esto se le suma la falta de árboles o construcciones que proyecten sombras es entendible que caminar parezca incómodo y se busquen alternativas.

Además de las condiciones climáticas, la infraestructura para los peatones se encuentra sumamente deteriorada. Caminar por las banquetas laguneras es una aventura digna del parkour. Las aceras accidentadas se convierten en micro cordilleras que dificultan el paso a los peatones y anulan a las personas con capacidades diferentes; el paisaje urbano es violento con el peatón.

También es necesario hacer referencia a la cultura vial de nuestras ciudades. Los pocos pasos de zebra que existen son invadidos por automóviles de manera constante, las banquetas se convierten en estacionamientos y la falta de señalización obliga al peatón a estar en alerta constante. El verde, el amarillo y el rojo son engañosos en todo momento.

El pésimo estado del pavimento y la cantidad absurda de baches son poca cosa comparados con el deterioro de los espacios para peatones. Y una de las cosas que más deben de indignarnos es que la balanza del gasto público se encuentre tan desequilibrada. El 86% del Presupuesto de Egresos de la Federación destinado a movilidad en 2014 se aplicó a la infraestructura vial. Se consiente mucho a los automovilistas y se descuida demasiado a los peatones.

Todo lo anterior provoca que el simple acto de caminar no sea algo sencillo de realizar en La Laguna. Las condiciones climáticas no se pueden cambiar, estamos en medio de un desierto y tenemos que aprender a convivir con él, pero los obstáculos simbólicos sí son moldeables. El clasismo y la hiper comodidad contribuyen a que el espacio público quede en desuso y los peatones queden fuera del discurso, pero la mejor noticia es que todo esto es reversible.

De hecho en la región contamos con casos de éxito bastante recientes. Uno de los medios de transporte que más se ha posicionado en los últimos años es la bicicleta y la bicifilia no fue espontánea, si no que siempre ha ido acompañada de grandes esfuerzos de la sociedad civil organizada. A pesar de que la bicicleta siempre ha representado un medio de transporte práctico (ya sea con fines recreativos, de transporte o de otros tipos) hasta hace poco el uso de la misma se encontraba muy rezagado en nuestra región.

Pasamos de ser una zona metropolitana en donde la bici era tachada como algo marginal a ser una región en la que cada semana miles de ciclistas salen a las calles y el Ayuntamiento se ve forzado a adoptar principios tan innovadores y necesarios como la Visión Cero. A pesar de que aún falta muchísimo camino por recorrer, los distintos grupos de ciclistas han participado de manera muy activa en la construcción de ciudad y le han enseñado al resto de la ciudadanía que la calle es y debe de ser de todos.

El ejemplo de estos grupos puede ser de gran ayuda para los peatones. Se deben de fomentar políticas públicas que beneficien a este segmento mayoritario y para esto debe de existir presión. Se debe aumentar el volumen de los reclamos pacíficos y de las propuestas, ya que tanto al gobierno como a la sociedad civil nos corresponde conciliar las diferencias entre los distintos medios de transporte y replicar las buenas prácticas en la cultura vial.

Pronto vienen el 2º Congreso Internacional del Peatones, la edición de Moreleando de junio (en donde estará presente Peatónito) y Biodiversa. En el próximo artículo prometo exponer las propuestas que vayamos compartiendo en estos foros. Por lo pronto nos invito a que todos nos pongamos en los zapatos del peatón.