Al pensar en los problemas actuales de nuestro país es imposible no hacer referencia al sistema educativo. Los que
hemos vivido la experiencia de estudiar y enseñar debemos de ser sumamente
autocríticos. La educación determina la conducta de una sociedad y México es muy
voluble.
En la corta historia del XXI
hemos visto a más de 132 estudiantes preocupados, a una maestra manipulando al
sindicato más grande de América Latina, a un profesor dirigiendo un cártel en
Michoacán y a decenas de normalistas desaparecidos en Guerrero. La lista de etcéteras
es gigante.
El tema es escabroso, el proceso
es complejo y el panorama es difuso. De nosotros depende enderezarlo o
terminarlo de torcer.